sábado, 26 de abril de 2014

Fair



Me siento muy agradecido con esta vida por darme la oportunidad de experimentar otra tendinitis en menos de dos semanas. Es maravilloso. Me inclino ante vos, mi señora.

En fin, vaya mierda. No hay cosa que odie más que este dolor ante movimientos básicos que me impide realizar mil acciones como buen diestro que soy. Y me ofusca mucho. No puedo hacer casi nada y bah.

Por otra parte vuelvo a estar físicamente solo. Y eso no me gusta. Porque de ahí nace el aburrimiento, y del aburrimiento pasamos a la frustración y la ansiedad. ¿El peso? Igual. Sube y baja. Se equilibra y decae según el día. 

No sé muy bien qué contar. Me siento simplemente vacío. Es una palabra que encaja al máximo con mi estado actual. No tengo muy claro si me siento triste, o feliz, o esperanzado, o hueco, o muerto. Nada. No hay nada. Un vacío sin fin que puede guardar todas y ninguna de las emociones.

Y también tengo el cerebro hueco. Tan hueco que no me salen ni las palabras, y eso ocurre en muy pocas ocasiones. No es buen día, ni malo, ni nada. Es un día más, entre muchos.

Bah, estoy aquí de nuevo y vengo para publicar bastante frecuente.


2 comentarios:

  1. Sentirse vació, es maravilloso.

    ResponderEliminar
  2. vacio...al menos no es tan desagradable como angustiado o en panico u otras lindezas.Vacio no esta bien,pero tampoco mal.En estos casos,mejor vacio que otra cosa.saludos.

    ResponderEliminar