lunes, 9 de febrero de 2015

Mons☨er




Intento hacer las cosas correctamente; como Dios manda, dirían algunos. Lo intento de verdad. Alejo como puedo los pensamientos negativos e intento no darle demasiadas vueltas a las cosas. Vivo el momento. Intento no vomitar tanto aunque hacerlo provoca que no coma (y es algo muy difícil para mí, os lo aseguro), pero un solo momento de flaqueza inevitable hace que devore todo cuanto pueda y lo vomite. ¿Por qué? Porque si no me entra tal desánimo que me puedo tirar horas mirando fijamente la pared mientras me martirizo pensando en el número, que después de todo mi parte semi-lógica dice que ese quilo de más es producto de una ensalada y del agua que he bebido; pero la otra parte piensa que un quilo es demasiado, así que todo se va el garete y parezco una máquina que repite las mismas palabras: Estoy gordo

Soy una persona que tiene pocas fotos, sobre todo con otras personas. Nunca me han gustado. Las odio. Odio verme porque empiezo a sacar un defecto tras otro, hasta el infinito. Sin embargo este año pasado he intentado hacerme un poco más tolerante y eso conlleva a tener fotos con amigxs. Me veo al lado de los demás que, para mí, están correctos de peso y yo, obviamente, parezco un insecto a su lado. Pequeño. Poca cosa. Y veo que mi percepción es totalmente errónea (lo confirmo, más bien). Pero es ponerme delante del espejo de frente, de lado o haciendo el pino y me veo como un mamut. Y odio esa sensación porque agobio a los demás a preguntas estúpidas sobre mi peso donde todos acaban diciendo lo mismo: "Estás bien. Estás delgado. Eres poca cosa". Y eso me toca los huevos porque me siento engañado. Busco que me den la razón cuando no la tengo. 

Cuando me enfado mucho, como (de momento) he dejado los cortes, me da por clavar las uñas en el brazo a base de golpes. Generalmente solo quedan los arañazos o retazos de sangre, pero no, esta vez tengo un moratón que ocupa la mitad del brazo que parece un arcoiris. Y supongo que tengo que dar gracias de desatar la rabia conmigo mismo y no con los demás, porque de no ser así no sé dónde acabaría ni cómo.

Me da miedo el hecho de pensar que puedo dañar a alguien físicamente. Pánico. Pavor. Solo ocurrió una vez y fue en medio de una pelea con una ex, básicamente porque estábamos discutiendo y mientras lloraba y me gritaba lo insensible que era le daba por agarrarme de los brazos y tirar de ellos para que le hiciera caso. A pesar de todas las veces que le dije que no hiciera eso y no me tocara (porque me pone de muy mal humor en una situación así) continuó con ello, hasta que la empujé para separarla con la mala pata que le partí el labio. Creo que esa noche acabé peor yo que ella (incluso creo que terminó consolándome porque yo creía que me iba a morir). Intento pensar por qué me aterra algo tan simple si nunca he tenido una experiencia en un ámbito similar y cuando he hecho daño (y hago y haré) psicológico como para escribir un libro sin importarme ni un ápice; al final siempre llego a la conclusión de que tengo miedo de mí. De dónde podría llegar sin ese límite y sin los remordimientos que parecen no existir en mí.

Porque sí, ese día me sentí mal. Estúpidamente mal. Pero lo peor es que no me sentí mal por ella sino por mí, porque incumplí mi código y me autodecepcioné; aún siendo un accidente. Siempre he pensado que nadie tiene derecho a decidir sobre otra vida, ni tan siquiera la de un animal, pero por otra parte soy seguidor de cualquier asesino en serie que capte mi atención hasta el punto de aprender su vida y entrevistas (presupongo que siento curiosidad por una mente así).

Somos frágiles. Vulnerables. Somos la ceniza que se esparce en el cielo y desaparece sin dejar rastro. Somos carne y huesos. Somos parte de un destino totalmente incierto que no tiene nombre ni voz. No tiene nada

No hay nada.
Ni aquí.
Ni allá.
Ni en ninguna parte.
Solo polvo.
Viento.
Soledad.


6 comentarios:

  1. Buenas:
    Soy PistachoFregao, la loca con la que solías hablar puntualmente.
    Así es, el espejo es el peor enemigo y el delator de cómo se nos va la cabeza a los enfermos. Me alegra que ya no te cortes. Si hacerte moratones calma tu necesidad, hazlo. Sé que no es un buen consejo, pero no me he caracterizado nunca por ello.

    Supongo que eres un mar de contradicciones con respecto al hecho de hacer daño a los demás. Freud lo denominada el impulso Thanatos y el Eros, o algo así. Sea como fuere, no te preocupes por ello ni te martirices. Eres así, y ya.
    Espero que te esté yendo bien por esos lares.

    Por cierto , me he hecho blogger y te ando siguiendo por aquí, además de haberme hecho un para ver si así tiro de la cadena con los sentimientos que no consigo vomitar.
    Que tengas buena noche.

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    1. ¡Ey señorita!

      Qué alegría leerte por aquí, cómo no me voy a acordar de ti si... si... bueno, nada, que tenías novio creo (¿No?).

      Ew, bueno, como sea, te sigo yo también y a ver si nos vemos por el chat y me actualizas un poco de tu vida (hace mucho que no hablamos, meses diría yo) y eso que fui yo quien hizo que te registrarás (¿verdad? qué pesado soy a veces...).

      Estoy un poco OUT hoy, pero mañana me paso por tu mundo. Últimamente demasiadas personas me decís que "Soy así y ya está"; y no acabo de comprender si eso es bueno o malo (si es que se puede catalogar).

      Tengo la impresión de que estoy poniendo muchos paréntesis y eso me está rallando un poco, así que ahí lo dejo. Conéctate mañana o algo y ya hablamos.

      No entiendo por qué cojones no puedo dar respuestas serias a la gente que conozco...

      ¡En fin! ¡Salud y un abrazo!

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  2. Al final todos nos tenemos miedo porque pensamos (erroneamente creo) que somos capaces de cualquier cosa...pero no es asi porque de lo contrario visto como somos de dañinos, mas de un@ aqui ya la hubiese liado.
    Normalmente, el daño psicologico parece menos daño, quiero decir, no esta penado ni aceptado socialmente con arraigo como lo esta el fisico, supongo que de ahi proviene el que te/nos importe tan poco hacerlo.Al fin y al cabo, eres manipulador y lo consideras inconscientemente un juego, no?
    Me da la impresion de que lo que tienes realmente es verdadero terror a que alguien entre en tu "corazoncito" y lo pisotee...me da la sensacion de que le tienes miedo a la gente y que lo ocultas bajo una apariencia fria y calculadora.Pero como siempre, no deja de ser una opinion de alguien que no tiene mas referencias que las que tu das.Tambien pienso que sufriste alguna vez lo que ahora llaman bulling, y que has tenido un padre o una madre muy sever@ que te culpaba de todo.Solo son ideaciones mias y por supuesto, seran una estupidez.
    Obsesionado con el suicidio, la muerte y los loc@s? Por preguntar como ves, que no quede...aunque ante el vicio de preguntar existe la virtud de no contestar.
    Un saludo.

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    1. Una de mis virtudes no suele ser no-contestar; al revés, yo creo que hablo demasiado incluso. Odio que no me conteste alguien, así que yo intento hacerlo cuando lo hacen (sin pasarse, claro).

      No lo sé si lo que pienso es verdad o no, realmente no puedo hacer más que planteármelo y espero (de verdad) nunca poner la mano encima de nadie; ni aunque sea por accidente.

      Sobre mi corazón yo siempre digo que supongo que quiero a la gente, pero a mi forma. Aprecio algunas personas, solo que si se van de mi vida, pues a otra cosa. Me parecen interesantes, me gustan, estoy bien con ell@s pero ya está. Solo que no les veo como ellos a mí y no lo siento como ellos lo describen, con lo cual, para muchos ya no es amor. Ahhh... No sé, algo así. A mí no me molesta.

      De todas formas, no, por 'suerte' (¿supongo?) nunca sufrí bullying y pienso que debe ser algo bastante aterrador (sobre todo para un niño). Y no, mis padres no son severos, al contrario, creo que de todos mis amig@s y conocidos, son de los mejores. Si me han visto más decaído me han preguntado que qué me pasaba. Me han enseñado a valorar las cosas pero siempre me han comprado lo que he necesitado. Nunca me han culpado de nada, al revés, siempre que han discutido (no mucho tampoco, lo normal en cualquier relación estándard de dos gritos y luego todo arreglado) me han mantenido fuera y nunca ha sido nada grave más allá de los diez minutos. Así que no, mi vida siempre ha sido fácil y bonita, he tenido lo que he necesitado (e incluso un poco más por ser hijo único) y ellos han sido unos padres muy abiertos mentalmente y tolerantes; uno de los primeros valores que me enseñaron en esta vida es que jamás debo juzgar a nadie por su apariencia. Si he querido ir a inglés, me han llevado. Si he querido ir a clases de guitarra, me han apuntado. Si he empezado un proyecto, me han apoyado. Mi relación es realmente buena con ellos (incluso ahora al otro lado del charco hablo cada día -literalmente-, con mi madre porque sé que a ella le gusta y a mí no me molesta).

      Y sí, yo en algún momento fui un niño normal y alegre despreocupado, hasta que la vida te da una hostia y cambias de golpe. Solo que, a veces, siendo pequeño hay cambios que ni tan siquiera piensas que pueden acabar como acaban. Y ahí radica el problema, el principio y probablemente el final. Una situación que puede un adulto manejar de X forma, no la maneja igual un niño.

      Me gusta pensar que estoy un poquito loco (lo justo). Si algo he aprendido es que las mejores personas que he conocido, lo están; también las que más cosas me han aportado. Así que no está tan mal.

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    2. Aunque lo veamos de diferente forma, porque tus padres lo han dado todo por ti y se lo agradeces y yo a los mios no puedo agradecerselo porque luego la cagaron apoteosicamente, y exceptuando el tema bullyng (yo lo padeci entre otras cosas a cual mas grata) creo que el hecho de ser hijos unicos nos ha llevado un poco a ser como somos...la verdad es que en tu caso es "raro" que seas tan duro contigo mismo cuando en teoria, nadie te ha juzgado ni fallado y has tenido una infancia feliz y tal...deberias tener una buena autoestima y buena tolersncia a la frustracion y visto que no es asi, pues el asunto se complica...no te odies tanto.No dejas de ser igual de vil que cualquier otro humano, con la diferencia de que tu lo dices y te culpas y otros callan y se aman demasiado como para plantearse que haya alguien mas alla de sus narices...
      Al final no deja de ser que piensas demasiado.No pienses tanto, no te psicoanalices tanto y viviras mejor.
      Aunque yo no puedo aplicarmelo a mi misma, se que es una buena receta.
      Me caes bien.Eres complaciente en efecto.Un saludo "engendro".

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  3. Yo no confío ni en fotos ni en lo que dicen los demás respecto al peso. Sólo me fio en la báscula, pero no sé hasta que punto sea sano...
    Comprendo que tengas miedo de lastimar al resto, me sucede que tampoco quiero hacerlo, pero en mis peores crisis he dicho cosas tan hirientes que a veces me digo que merezco todo lo que me pasa por idiota, por decir lo que dije. Una amiga me dijo que no solo hay que aprender a perdonar al resto, lo más importante es "perdonarnos a nosotros mismos", y no es fácil, pero hay que hacerlo, supongo.
    Sobre el hecho de que intentas no vomitar, lo que yo uso es que si ingiero calorías demás me digo que lo asumiré la responsabilidad de haberlo hecho y de que vomitar no es una opción; suele funcionarme, pero depende de la práctica, no funciona de una, sino poco a poco.
    Tomar infusiones también ayuda, porque te relaja. Y también corto delgadísimas rodajas de manzana y las vuelvo a cortar en más pequeñas y las ingiero en momentos de ansiedad para evitar atracones.
    Saludos.

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